No tengo tiempo para nada
Cuando tienes la sensación de que no tienes tiempo, el primer pensamiento de la mañana nos marca el día. Nada más abrir los ojos, comenzamos automáticamente a decir «tengo que… tengo que… hacer esto, lo otro…». Ya nos levantamos con el corazón a un ritmo rápido, frenético.
Pero, ¿realmente no tengo tiempo?.
Cuando sientas este ritmo frenético en tu corazón, intenta levantarte un poco antes, diez, quince minutos. Siéntate y pon tu espalda recta y comienza a hacer respiraciones lentamente desde tu punto de anclaje, donde más sientas la respiración, en la nariz, en el pecho, en el abdomen, lentamente, sólo observando las respiraciones.
Notarás cómo tu respiración es agitada, pero poco a poco se irá aquietando y tu mente se irá calmando de una forma natural.
No fuerces nada, sólo observa tu respiración.
Entonces, quizás sea el momento de tomarte ese primer café de la mañana o el momento de mirar al cielo y ver cómo amanece u observar el día que hace o quizás escuchar el canto de los pájaros.
Intenta levantarte quince minutos antes y dedícalos a tu cuidado, a mimarte…
Fotografía cortesía de Faye Cornish on Unsplash