LOS QUE BUSCAN ORO EXCAVAN MUCHO Y ENCUENTRAN POCO. HERÁCLITO
¿Qué nos dice esta frase de Heráclito? Pasamos gran parte de nuestra vida buscando y buscando, pero qué es lo que buscamos. Ni siquiera lo sabemos, pero realmente esta búsqueda es frustrante porque nunca encontramos nada, quizás porque esta búsqueda es una búsqueda infructuosa porque no hay nada que buscar porque no hay nada que encontrar.
Esto lo podemos ver en el consumo, tenemos la ilusión de comprar un coche, nos ilusionamos, nos venimos arriba, nos hacemos la promesa de cuidarlo, de mantenerlo limpio y por fin lo tenemos y casi, casi, en el momento siguiente pasa a ser algo normal y esa ilusión se desvanece y comenzamos a desear otra cosa.
O por ejemplo, como me pasa a mí con los libros, con esto juegan algunas empresas, podemos comprar cosas con un simple clic, vemos el libro, nos antojamos de él, qué interesante, estoy deseando leerlo y sólo con mover un dedo, ya lo tengo comprado y lo tengo en mis manos en menos de veinticuatro horas y cuando está en mis manos se pierde inmediatamente esa magia e incluso lo dejo en una estantería y me digo que ya lo leeré.
Mismo proceso para la búsqueda fundamental de nuestra vida, la felicidad. Creemos que esta felicidad se encuentra fuera de nosotros, consumiendo, yendo de vacaciones a sitios exóticos, campo, montaña, playas, grandes comilonas y cuando simplemente paramos un poco , nos damos cuenta que seguimos en nuestro estado de búsqueda porque lo que estamos encontrando no nos satisface.
Otras veces pensamos que lo que nos produce insatisfacción es nuestro trabajo, que si cambiamos de trabajo o simplemente si cambiamos de jefes o la carga de trabajo disminuye, estaríamos bien. Y este sueño a veces se produce, pero una vez producido estamos igual.
Trabajé durante dos años fuera de España con el Banco donde trabajaba, prácticamente sin presiones, buen sueldo , buena casa, pagada por la entidad y sorpresa, mi mente seguía buscando y me daba mensajes de insatisfacción , de que aquello no era lo que yo quería.
No nos damos cuenta de que los seres humanos tenemos un par de errores cognitivos; uno de ellos es que nos creemos nuestros propios pensamientos, los seguimos como si fueran la auténtica verdad y la regla de oro de la vida, sin entender que este diálogo interno constante nos lleva directamente a la infelicidad.
El otro error, es que nuestro sistema nervioso no diferencia lo real de lo imaginario y cuando los pensamientos nos sitúan en el sistema emocional de logro, quiero esto o aquello o de amenaza, el futuro es incierto, me va a pasar esto o aquello, generalmente catástrofes que afortunadamente no suelen pasar. Sin embargo cuando se produce este proceso, nuestro cuerpo reacciona, sube el ritmo cardíaco, sube nuestra presión arterial, etc, etc y esto es real, no imaginario. Esas cosas están sucediendo realmente en mi cuerpo y provocando, cuando esto pasa de forma continuada efectos devastadores en nuestro organismo.
No hay una receta única para parar este proceso. Mi experiencia sobre este asunto, es que simplemente hay que parar, esto es fácil de decir, pero cómo se hace. Con disciplina, parando realmente, practicando la atención al momento, con la práctica de la meditación, unos minutos diariamente, entrenando ese “músculo”, al igual que entrenamos bíceps, tríceps, que se llama cerebro y que está demostrado científicamente cómo un programa de ocho semanas, tipo MBSR y similares, modifica la estructura del cerebro, sobre todo en las partes que afectan a la reacción del miedo y a las percepciones. Es decir, aceptar ese proceso de búsqueda y como decisión nuestra dejar de buscar porque no hay nada que encontrar.